viernes, 22 de febrero de 2008

EL NOS ENTIENDE


Estos días han sido muy difícil , muchas cosas desagradables han venido a mi vida, cosas que para muchos no tienen importancia, pero que para mi son como un puñado de abejas que al verlas parecen pequeñas pero que si las tienes cerca tratas de escapar por que sabes que te causarán daño. Y de nuevo he tratado de buscar ayuda , no ayuda material sino espiritual, he querido buscar una palabra de ánimo ,hablé con algunas personas que consideré que son maduras espiritualmente pero en vez de ayudarme, me hicieron sentir peor, así que aumentaron mis problemas, pero como siempre Dios pone a alguien para darme la palabra que he necesitado. Si, una persona muy especial que muchas veces Dios a usado para darme un consejo o una palabra que me aliente para seguir, me dio un pasaje en la Escritura que habla de dos ciegos que clamaron a Jesús en su angustia sin importar lo que los demás dijeran, me dijo: - Los que no han pasado por lo que usted está pasando no pueden considerar como se siente, pero recuerde que a aquellos hombres ciegos, no les importó lo que dijeran los demás que no podían entender su necesidad porque estaban sanos-.
" Cuando salían de Jericó,s mucha gente seguía a Jesús. Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oir que pasaba Jesús, se pusieron a gritar:
–¡Señor, Hijo de David,u ten compasión de nosotros!
La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más:
–¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!
Jesús se detuvo, llamó a los ciegos y les preguntó:
– ¿Qué queréis que haga por vosotros?
Le contestaron:
–Señor, que recobremos la vista.
Jesús tuvo compasión de ellos y les tocó los ojos. En el mismo momento, los ciegos recobraron la vista, y siguieron a Jesús. "
Matèo 20:29-34
Después recordé otro pasaje que también habla de un ciego que clamó a Jesús sin importarle lo que los demás dijeran. Su nombre era Bartimeo, este es el relato:

"Llegaron a Jericó.v Y cuando ya salía Jesús de la ciudad seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar:
–¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
48 Muchos le reprendían para que se callara, pero él gritaba más aún:
–¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo:
Llamadle.
Llamaron al ciego y le dijeron:
–Ánimo, levántate. Te está llamando.
El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó:
–¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
–Maestro, quiero recobrar la vista.
52 Jesús le dijo:
–Puedes irte. Por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús"
Marcos 10:46


Así que de nuevo Dios me ha enviado una palabra de bendición y a pesar de lo que digan, yo seguiré calmándole y también agradeciendo su amor y su misericordia para mi.


Si estás pasando una situación en la que nadie puede entender como te sientes, recuerda que hay alguien que si puede y que El está siempre atento a nuestro clamor, que El no mira lo que ven los hombres por que es capaz de ver lo más profundo de nuestro ser.